Con el mercado interno resentido y una notoria mejora en el tipo de cambio, la exportación aparece hoy como el gran negocio para muchas empresas. En este contexto, el programa «Exporta Simple», lanzado a fin del año pasado por el presidente Mauricio Macri, se volvió mucho más atractivo, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas que manejan volúmenes acotados y para quienes exportar mediante el sistema formal es sumamente caro y engorroso.
Según datos de la Secretaría de comercio, en los nueve meses que lleva activo el programa, se realizaron 1350 operaciones, concretadas por 295 empresas de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, Jujuy, Chubut, Corrientes y Tucumán, de las cuales el 70% están registradas como pyme y 36 empresas son nuevas exportadoras. Firmas que nunca habían exportado pusieron salir al mundo y otras que ya lo venían haciendo mediante el sistema de courier eficientizaron su operatoria. El Cronista entrevistó a tres firmas que utilizaron el programa y el común denominador fue que pudieron vender sus productos al exterior de una forma muy sencilla y ágil. Pero algunos también plantearon que algunos costos siguen altos y que sirve solamente para cantidades pequeñas de mercadería. El límite son u$s 600.000 anuales y 300 kilos por envío.
«Para el que está arrancando está muy bueno, ya que estás exportando formalmente a través del courier. Con el courier tenías la limitación que son u$s 1000 y 50 kilos por envío, entonces terminabas haciendo varios envíos para completar el pedido. Ahora con Exporta Simple eso no pasa», afirma Leonardo Bregante, de Old Polo Factory. El joven empresario contó que tuvo que cerrar el año pasado su fábrica textil y de cueros por la crisis por la caída de la demanda y aumento de las importaciones y que resurgió con la producción de cinturones bordados a mano para el polo. «Tenemos dos clientes fuertes, marcas de ropa de polo en Francia e Inglaterra y después van saliendo operaciones esporádicas en Australia, Alemania, Malasia, Estados Unidos. Hicimos hasta ahora dos ventas por Exporta Simple este año y está genial que le estén dando manija, pero si no cambian otras cosas no va a funcionar», se queja Bregante, en relación, por ejemplo, a la presión fiscal y al cambio en las reglas de juego. «Conseguí el cliente de Inglaterra después de dos años de negociaciones, hice una operación y ya me cambiaron las reglas con las retenciones. Opté por absorberlo; no se lo puedo cargar a la compañía», plantea el empresario, quien cuestiona también que no se les devuelva el IVA a través de Exporta Simple, además de la demora en cobrar los reintegros a la exportación.
La facilidad para operar con el programa fue destacado por todos los empresarios consultados. La pyme debe ingresar a la web de Exporta Simple, cargar el cliente, los productos, los precios y el destino y aparecen todas las compañías de courier que le cotizan como para que la firma pueda elegir por dónde sacar su mercadería. «Es sencillo, me facilita mucho. Si no, tendría que pagarle a un despachante de aduana, el flete de la fábrica a Ezeiza. Logísticamente, es espectacular y, en mi caso, creciendo al doble me sigue conviniendo», afirma Bregante.
También pudo ampliar sus ventas al mundo con el programa oficial la firma Bambú, especializada en instrumentos musicales de viento. El director de la firma, Héctor Pablo Trillo, manifiesta que comenzaron a trabajar con «Exporta Simple» en enero y les cambió la dinámica, ya que pudieron empezar a trabajar con distribuidores más grandes, hacer ofertas de precio mejores por el volumen, tener un flete más económico y declarar el total de la venta. Para enviar alguna muestra, la firma sigue manejándose con el sistema de courier.
Bambú ingresó en el mercado exterior con una abrazadera confeccionada con hilo, material que nunca se había utilizado hasta el momento. Se trató de un producto innovador, por lo que rápidamente llegaron los pedidos del exterior. Pero cuando la firma empezó a crecer y llegaron a despachar cajas de 80 kilos, «el courier pasó a ser un problemón», señala Trillo, músico de toda la vida y ahora abocado a su empresa. Bambú ya lleva realizadas unas 20 operaciones con «Exporta Simple» y le vende sus instrumentos a más de 15 países en el mundo. En cuanto a los desafíos, el empresario plantea que ahora se les duplicó el tiempo de entrega respecto de la venta mediante courier. «El servicio es formal, tarda menos que el sistema tradicional, pero el doble que si lo mandás por courier», destaca Trillo.
Exporta Simple» también les sirve a empresas que exportan a través del sistema tradicional pero que en algún momento deben cumplir con algún envío más chico. Es el caso de la Librería Técnica CP67, que comenzó hace 52 años como una librería que compraba y vendía libros y con los años se convirtió en la editorial que mayor cantidad de libros de arquitectura produce en el mundo de habla hispana. «Hace poco tuvimos un pedido chico y lo sacamos a través de Exporta Simple con DHL, que tiene un acuerdo con la Cámara del Libro y tenemos un buen descuento. Es una buena herramienta para pequeños volúmenes donde no justifica pagar un despachante de aduana», asegura Guillermo Kliczkowski, uno de los dueños.
Con Exporta Simple buscamos facilitarle la tarea a las pymes de bajos volúmenes para que ganen mercados y para que cada vez más empresas se animen a exportar», sostiene el secretario de Comercio, Miguel Braun.
FUENTE: www.cronista.com